Las fundiciones de acero al carbono están hechas de ale […]
Las fundiciones de acero al carbono están hechas de aleaciones de acero con bajo o alto contenido de carbono que contienen cantidades variables de carbono. Cuanto mayor sea el porcentaje de carbono, más fuerte se vuelve la aleación a través del tratamiento térmico.
El carbono es el principal elemento de aleación en los aceros fundidos, con una variedad de elementos adicionales agregados para mejorar el rendimiento o aumentar la desoxidación (adición de aluminio o titanio).
Grados y Características:
La mayoría de los aceros se pueden clasificar según su contenido de carbono, que determina la dureza, la resistencia a la tracción, la tenacidad y la ductilidad. Los grados típicos de acero al carbono incluyen aceros de bajo carbono (0,20 % C), medio carbono (0,20 % a 0,50 % C) y aceros con alto contenido de carbono (> 0,50 % C).
Los aceros con bajo contenido de carbono suelen ser más blandos, fáciles de moldear o soldar y pueden mecanizarse fácilmente después del tratamiento térmico. Los grados de carbono medio y alto en carbono proporcionan un mayor grado de resistencia, ductilidad y tenacidad.
Los aceros con contenido medio de carbono (0,31 % a 0,61 % C) son fuertes, fáciles de moldear y se pueden endurecer y templar mediante tratamiento térmico. También proporcionan una amplia gama de ductilidad, tenacidad y resistencia al desgaste.
Los aceros con alto contenido de carbono (0,61% a 1,5% C) son más fuertes, más frágiles y difíciles de moldear, soldar o cortar. A menudo se utilizan para aplicaciones de herramientas y resortes de alta resistencia. La adición de manganeso a este material aumenta la ductilidad y la tenacidad. Además, el tratamiento térmico reduce la cantidad de fósforo, azufre y nitrógeno presentes en la aleación. Esto puede ayudar a controlar la tasa de corrosión y promover una larga vida útil en muchas aplicaciones.